domingo, 30 de noviembre de 2008

Desaparecidos del Santa

Siempre tuve una duda de cómo podía Bruno recoger de sus entrevistados recuerdos de situaciones tan terribles. Recordar y volver a contar es volver a vivir ese hecho, eso es terrible. Pero cuando ellos testimoniaban en las entrevistas ante Bruno lo hacían con tanta naturalidad que realmente sorprendía. Cuál era la fórmula le pregunté una vez. Él me dijo. Respeto, mucho respeto por lo que dicen y no desean decir. Nunca presiones a nadie al hablar, si no desea hacer, déjalo, no insistas. Se cálido, acompaña su duelo y pregunta. Sin presiones ni impertinencias.

Los testimonios que veremos a continuación son producto de esos diálogos, de esos encuentros con los fantasmas del pasado que acosan a estas familia. Bruno con maestría nos lo narra para interrogarnos nosotros mismos sobre las miserías humanas.

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Reportaje que recoje los testimonios de los familiares de nueve pobladores del distrito de Santa en Ancash que fueron desaparecidos el 2 de mayo de 1992 por el Grupo Colina. Cuándo nadie se atrevía a decir las cosas por su nombre Bruno De Olazábal pone el dedo en la yaga y nos hace recordar que los desaparecidos están allí, mirándonos y esperando se haga justicia.
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De la patria su padre

Tal vez el más ácido reportaje político. Víctor Valdez Meléndez un congresista de la república se convierte en un objeto de ironía, sarcasmo y fino humor negro. No hay que escribir mucho al respecto. Sólo disfrutar del torrente de sabiduría de nuestro padre de la patria.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Víctor, el ángel de Villa María del Triunfo

Este reportaje nos muestra a un Bruno en toda su madurez. Considero que el tratamiento del tema, la manera de narrarlo, el estilo que le imprime lindan más con un documental que con el típico reportaje del programa de medianoche o dominical. Aquí Bruno puso en juego sentimiento, arte y técnica para mostrarnos el retrato de Víctor y su lucha cotidiana por ayudar a quienes deben morir con dignidad. Esa era la línea que Bruno empezaba a perfilar en sus trabajos. El ritmo y la velocidad que le iba imprimiendo a estaa crónica lo hicieron mucho más sensibles. Bruno empezó a contarnos hechos cotidianos en una ciudad donde aún podemos encontrar un ángel en el camino.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Charly García

Buenos Aires fue la ciudad siempre soñada por Bruno. Sus librerías, teatros, cafetines y ese ambiente cultural siempre llamaron la atención de este gringuito zapallalino. Poder ver una exposición de Salvador Dalí era impensable en Lima. En Buenos Aires eso era posible y así lo disfrutó Bruno. Cuando retornó de la entrevista a Charly era su catálogo de Dalí lo que me mostraba conociendo mi costumbre de acumular ese tipo de documentos. Nunca me lo regaló, aunque insistí mucho. Sobre la entrevista el propio Bruno narraba cómo Charly Gracía que tiene fama de entablar una relación muy accidentada con quienes lo entrevistan lo recibió de manera hospitalaria. Fue una excelente entrevista. Cómo escribiera Beto en la crónica final en Perú 21 al día siguiente de su partida: la entrevista a Charly García la hizo para los amigos. ¡Grande Brunito!

PARTE UNO





PARTE DOS


viernes, 21 de noviembre de 2008

Racismo en discotecas

Una de las cosas que más detestaba Bruno eran las fracesitas hechas, los lugares comunes y los reportajes típicos. El patético estilo "Mónica Chang" de preguntarle cómo se siente a un hombre que acaba de ser arrollado por un trailer mientras sostiene sus víseras con la mano es patético. O a la madre que en trágico suceso perdió a su hijo, no faltaba la animalada de preguntarle jadeando, ocn voz entrecortada y con micrófono en mano "¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente? ¿Qué nos puede decir?".

Por eso, cuando nuestro recordado zapallalino veía los reportajes sobre actos discriminatorios, sentía que esa costumbre de tirar moco frente a la cámara con musiquita de fondo para dar penita había llegado a su límite. Esa noche Bruno compartió en la tertulia de mi humilde hogar que quería hacer un reportaje sobre racismo. No quería más de lo mismo. Se acabarón los llorones moqueando frente a cámaras para dar penita. Ahora había que burlarnos de esa irracionalidad, de ese acto de intolerancia, de tamaña bestialidad humana. Algo tan serio y dramático debía ser presentado con humor, con sarcasmo y nos convocó a ser parte de esta complice aventura.

Al comienzo nos causó sorpresa poder ser protagonistas de su reportaje. Durante años lo escuchábamos como pensaba en la noticia, la rumiaba, le daba vueltas, la construía para hacerla linda, pensaba en la manera de entrevistar o el detalle que haría ese el super reportaje. Pero ahora seríamos nosotros quienes estaríamos en pantalla, haciendo lo que siempre hemos hecho cuando nos reuníamos a pensar sobre nuestro Perú: ironizar hasta el delirio.

Indecopi había recibido denuncias de locales que impedían el ingreso de personas de "sospechosa coloración" cómo decía este gringuito de Zapallal en su reportaje. Se barajó varios nombres, pero el sitio fue The Edge. Cuando menos lo esperábamos ya estábamos un sábado por la noche -con menos kilos de peso y sin canas en los bigotes- al frente de la discoteca. Bruno ya se había agenciado el permiso y montamos la cámara desde las oficinas de la Municipalidad directo a la puerta, listitapara capturar a los tres señuelos. El resultado fue fenomenal. Pero Bruno necesitaba otros lugares que muestren esta práctica tan generalizada y validar al experiencia. Así que fuimos al Mamut, un lugar de moda donde toda la chibolada y los no tan chibolos pugnaba por entrar, la casa que conseguimos para grabar sabía del negocio y pidió un buen billete. Fuimos a chequear: demasiado lejos y mucho tumulto. Los micros amarados con masking tape en nuestros cuerpos tal vez no funcionen.

Y así fue durante esos días de la siguiente semana entramos a cuatro locales más de la lista de Indecopi que no recuerdo pero con mirada de reojo de sus Guachimanes. Hasta que llegamos al Casino del Hotel María Angola. Ingresé y me preguntaron a donde iba, les dije que al casino con rostro de molestia e incomodidad. Me miraron, intentaron decir algo y bajé los escalones. Me detuve para retroceder y empiezo a escuchar un diálogo entre estos vigilantes donde más o menos se dice que "dejemos pasar a la gente pues Indecopi nos ha puesto en la mira". Estos valientes guachimanes se referían al aviso publicado el domingo en el diario La República con la lista de luegares públicos choteadores por excelencia. Baje a ese submundo, me sentí cómo en una película de James Bond y salí, nunca había entrado a un casino .El aviso de La República no había ayudado en nada para nuestros fines, había puesto de sobreaviso, hasta que esperamos el sábado donde fuimos a Barranco y nos dirigimos al Pub Delirium. Con esa imagen de Bruno ingresando descujeringado al pub fue suficente. Lo demás el reportaje lo cuenta.

Para los "Cuatro amigos del teatro" (escoba, bacín y trapo y el que los cuenta son cuatro) este fue el homenaje de Bruno a la amistad. Estuvimos los tres: dos como actores principales (Koky Vega y Koke Contreras) y uno cómo secundario (Kike Piedra quien saluda en Palacio de Justicia a Koky Vega). A partir de ese reportaje se produjo una movilización contra la discriminación en lugares, la gente comenzó a hablar de este en voz alto y fueron otros reporteros y reporteros quienes hicieron eco de esta denuncia y hasta una ley se llegó a promulgar. Cuán feliz hubiese estado Bruno al recibir esa noticia y saber todo su esfuerzo tuvo recompensa.


martes, 18 de noviembre de 2008

La matanza de Barrios Altos

Este reportaje nos permite acercar a un terrible y dramático episodio de nuestra historia contemporánea cuándo ningún canal de señal abierta ni periodista televisivo fue capaz de difundir estos testimonios. La televisón estaba contaminada de programas que adormecían a la población y eran verdaeras cortinas de humo. Una investigación de esta naturaleza, que hacía referencia con nombre y apellido de los responsables de este horrendo crimen, era la posibilidad de comenzar a entender la verdad, hacer justicia y hablar por los que no tienen voz, cuando las mentiras eran verdades y las montañas de dólares y los ripios compraban conciencias.

Los testimonios que recoje Bruno con la excelente cámara y fotografía de Miguel Piedra y que son luego tratados en una impecable edición respetan el dolor humano. La dignidad de estas personas son puestas de manifiesto en los detalles que cuentan y nos abofetean desde las pantallas para hacer reaccionar nuestras evasivas conciencias, haciéndonos ver, hasta que grado de salvajismo habíamos llegado los peruanos.

El reportaje fue hecho por encargo para Canal N, un canal de cable noticias que fue una tribuna de opinión plural en aquellos convulsionados días, ante una televisión totalmente comprada como pudimos ver en los Vladivideos. Por encargo -nuestro querido Bruno para variar se encontraba desempĺeado en esos momentos por oponerse a dictados y caprichitos mediáticos- reconstruye la historia y denuncia a Martin Rivas y el Grupo Colina como los asesinos y a Vladimiro Montesinos cómo autor intelectual. Lo hizo cuando nadie en la televisión decía nada, cuándo Laura Bozo hacía reir a sus desdentados o los cómicos ambulantes eran el pradigma del buen humor, cuándo todo lo que usted verá a continuación no existía para los canales de señal abierta, ni para un gran sector de la prensa y radio.

Iniciamos Archivo De Olazábal con un "clásico" de los reportajes cómo diría el pequeño "Balserito" Joaquín, su hincha número uno, quien recuerda a su tío por aquellos días cuando sólo tenía tres años, mientras lee curiosamente e inquisitivamente el banner de este blog.