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martes, 3 de noviembre de 2015

A veinticuatro años de "La Matanza de Barrios Altos"

Este reportaje tiene un inmenso valor, no solo por lo que nos presenta a nivel de testimonios recogidos de forma impecable y respetuosa con las víctimas, sino por ser graficar el accionar del Grupo Colina y sus vínculos con el poder.

Para quienes estuvimos muy cerca de Bruno en la producción y dirección del mismo, este representaba el inicio de un género que siempre el disfrutó: el documental. No calificaría esta producción como un reportaje al puro estilo de lo que nos tenía acostumbrado los domingos, esto era un trabajo mucho más personal, en dónde el tratamiento de la imagen, sonido e historia toman formas que expresan ese estilo que fue forjando en sus reportajes.

Bruno empezaba a pensar en hacer documentales. Y tenía muchos en mente, era algo que iba cocinando en diferentes tertulias. Hoy a través de su obra recordamos este oscuro momento en nuestra vida republicana. Un hecho que nunca más debe repetirse.

Prohibido olvidar.



Parte 1



Parte 2



Parte 3


sábado, 24 de enero de 2009

Pecados de guerra

"Tengo una bomba". Esa fue la frase que dijo cuando cruzó la puerta masticando el chicle y agitado al subir con su mochilita al hombro el quinto piso del edificio por las escaleras. Estaba colorado, excitado, dibujando en su rostro una sonrisa de chibolo que cometé una palomillada. "¿Y cuándo va a funcionar ese ascensor?" se quejaba mientras revisaba los discos que tenía en la mesa. El viejo edificio de Lince tenía problemas y el ascensor era uno de ellos. La pregunta inevitable luego de tamaña provocación fue ¿Cuál es la bomba? ¿De qué bomba hablas? y su respuesta cachacienta: "Espera loquito que salga el reportaje el domingo... ya te enterarás".

Bruno venía investigando este tema durante varias semanas, lo había comentado cómo algo grande que iba a remecer el ambiente político. Estaba trabajando paralelamente otros reportajes cumpliendo su religiosa cuota semanal al canal, pero esta investigación la tenía muy bien guardada, bajo siete llaves. Después nos revelaría cómo hizo lo contactos , lo difícil que fueron y hasta donde pudo llegar. Ese día ya tenía el reportaje listo y esperaba la llegada del ansiado domingo. Esos domingos inolvidables que ya no existen en la televisión local. Cómo era costumbre y tradición, había que soplarnos todos los comentarios del presentador de turno., gallitos e inflexiones de voz de Nicolás Lúcar , que con prosapia de vendedor del mercado central presentaba. los reportaje. Timbró el teléfono. "¿Estas viendo? ¿no? Esto será un terrremoto político, esta es la bomba que te comenté. Entrevisté al sobreviviente de la masacre del Frontón".

El reportaje fue escalofriante, los testimonios helaban mi dormitorio, las acusaciones claras y contundentes nos hacían retroceder en el túnel del tiempo hasta esos terribles años. Era realmente una bomba.

Sin embargo, al día siguiente nadie, absolutamente nadio rebotó la noticia en la prensa. La bomba de nuestro querido hermano ni siquiera llegó a la categoría de cuetecillo. El país siguió su curso normal, con sus titulares chicha y el rebote fue entre corrillos parlamentarios, organizaciones de derechos humanos y ciudadanos que impactados por el reportaje habrían comentado en sus trabajos, la mañana del lunes lo visto esa noche,en la tele, cómo quien comenta un partido de fin de semana y continúa su labor de todos los días.

Una vez más la bronca y la frase "país de mierda" saltando de su lengua, la rabia mordiendo sus labios y golpeando con un jab de derecho el hígado.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Desaparecidos del Santa

Siempre tuve una duda de cómo podía Bruno recoger de sus entrevistados recuerdos de situaciones tan terribles. Recordar y volver a contar es volver a vivir ese hecho, eso es terrible. Pero cuando ellos testimoniaban en las entrevistas ante Bruno lo hacían con tanta naturalidad que realmente sorprendía. Cuál era la fórmula le pregunté una vez. Él me dijo. Respeto, mucho respeto por lo que dicen y no desean decir. Nunca presiones a nadie al hablar, si no desea hacer, déjalo, no insistas. Se cálido, acompaña su duelo y pregunta. Sin presiones ni impertinencias.

Los testimonios que veremos a continuación son producto de esos diálogos, de esos encuentros con los fantasmas del pasado que acosan a estas familia. Bruno con maestría nos lo narra para interrogarnos nosotros mismos sobre las miserías humanas.

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Reportaje que recoje los testimonios de los familiares de nueve pobladores del distrito de Santa en Ancash que fueron desaparecidos el 2 de mayo de 1992 por el Grupo Colina. Cuándo nadie se atrevía a decir las cosas por su nombre Bruno De Olazábal pone el dedo en la yaga y nos hace recordar que los desaparecidos están allí, mirándonos y esperando se haga justicia.
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martes, 18 de noviembre de 2008

La matanza de Barrios Altos

Este reportaje nos permite acercar a un terrible y dramático episodio de nuestra historia contemporánea cuándo ningún canal de señal abierta ni periodista televisivo fue capaz de difundir estos testimonios. La televisón estaba contaminada de programas que adormecían a la población y eran verdaeras cortinas de humo. Una investigación de esta naturaleza, que hacía referencia con nombre y apellido de los responsables de este horrendo crimen, era la posibilidad de comenzar a entender la verdad, hacer justicia y hablar por los que no tienen voz, cuando las mentiras eran verdades y las montañas de dólares y los ripios compraban conciencias.

Los testimonios que recoje Bruno con la excelente cámara y fotografía de Miguel Piedra y que son luego tratados en una impecable edición respetan el dolor humano. La dignidad de estas personas son puestas de manifiesto en los detalles que cuentan y nos abofetean desde las pantallas para hacer reaccionar nuestras evasivas conciencias, haciéndonos ver, hasta que grado de salvajismo habíamos llegado los peruanos.

El reportaje fue hecho por encargo para Canal N, un canal de cable noticias que fue una tribuna de opinión plural en aquellos convulsionados días, ante una televisión totalmente comprada como pudimos ver en los Vladivideos. Por encargo -nuestro querido Bruno para variar se encontraba desempĺeado en esos momentos por oponerse a dictados y caprichitos mediáticos- reconstruye la historia y denuncia a Martin Rivas y el Grupo Colina como los asesinos y a Vladimiro Montesinos cómo autor intelectual. Lo hizo cuando nadie en la televisión decía nada, cuándo Laura Bozo hacía reir a sus desdentados o los cómicos ambulantes eran el pradigma del buen humor, cuándo todo lo que usted verá a continuación no existía para los canales de señal abierta, ni para un gran sector de la prensa y radio.

Iniciamos Archivo De Olazábal con un "clásico" de los reportajes cómo diría el pequeño "Balserito" Joaquín, su hincha número uno, quien recuerda a su tío por aquellos días cuando sólo tenía tres años, mientras lee curiosamente e inquisitivamente el banner de este blog.